Si el medicamento viene en forma de suspensión, agite bien antes de usar.
No use cucharas de la platería común para administrar un medicamento, ya que no todas son del mismo tamaño. Una cucharadita normal podría ser tan pequeña como media cucharadita o tan grande como dos cucharaditas.
Las cucharas medidoras utilizadas para cocinar son precisas, pero se derraman con facilidad.
Las jeringas orales tienen algunas ventajas para administrar medicamentos líquidos:
Sin embargo, puede haber problemas con las jeringas orales. La FDA ha recibido informes de casos de niños pequeños que se han ahogado con las tapas de las jeringas. Para estar seguro, retire la tapa antes de usar una jeringa oral y bótela si no la necesita para uso futuro. Si, de lo contrario, se necesita, manténgala lejos del alcance de los bebés y niños pequeños.
Las tazas dosificadoras también son una forma práctica para la administración de medicamentos líquidos; sin embargo, ha habido errores en la dosificación con ellas. Verifique siempre que las unidades (cucharadas, cucharaditas, mL o cc) en la taza o la jeringa concuerden con las unidades de la dosis que desea administrar.
Los medicamentos líquidos con frecuencia no saben bien, pero en la actualidad hay disponibilidad de muchos sabores que se le pueden agregar a cualquiera de estos medicamentos. Al respecto, pregúntele al farmaceuta.
Conversión de unidades: